Elaboración.
1. Cortamos la berenjena longitudinalmente de tal forma que nos salgan aproximadamente 8 rodajas, si vemos que con una berenjena no basta pues utilizamos dos berenjenas medianas.
2. Cortamos las rodajas de un grosor aproximado de un dedo meñique y las ponemos en una bandeja sobre papel absorbente con sal por ambos lados durante un tiempo aproximado de 10 a 15 minutos, con esto conseguimos reducir el amargor y la reducción de absorción de aceite al cocinarlas.
3. Hidratamos las milanesas de soja según las indicaciones del envase, normalmente se hidratan con agua caliente que podemos condimentar o con caldo de verduras una vez está tibio, usar la suficiente cantidad para que las cubra, se dejan durante un tiempo aproximado de 5 a 10 minutos. Después se sacan del recipiente y se dejan en un colador para que escurran, las podemos presionar levemente para evitar el exceso de agua.
4. Preparamos la equivalencia de 2 huevos con harina de garbanzo y en otro recipiente echamos pan rallado que mezclaremos con sésamo. (1 huevo= 1 cucharada de harina de garbanzo por dos cucharadas de agua).
5. Si queremos incluir queso partimos unas rodajas de queso tipo manchego o preparamos cuatro lonchas de un queso que os guste, la versión vegana puede hacerse con sustituto de queso vegano o sin queso.
6. En una sartén o una plancha cocinamos nuestras rodajas de berenjena y las milanesas con aceite de oliva virgen extra, un poco de sal y pimienta negra.
7. En un plato o bandeja montamos el cachopo utilizando una rodaja de berenjena, una milanesa, loncha de queso y otra rodaja de berenjena, de tal forma que nos queda como un montadito.
8. Lo pasamos por huevo batido o nuestro sustituto y luego por pan rallado, apretando bien para que compacte el montadito o sándwich.
9. En una sartén con abundante aceite de oliva o de girasol, freímos nuestros cachopos cuando el aceite esté bien caliente y retiramos de la sartén cuando estén dorados.
Como este es un plato calórico debido a que es una fritura, la mejor opción es acompañarlo de una abundante y variada ensalada fresca con frutos secos y fruta de temporada o unas verduras escaldadas o al vapor (para evitar la pérdida de vitaminas sensibles al calor) que además del aporte nutricional que suponen nos van a saciar y no van aumentar el valor calórico de nuestro plato.